En una noche de pasión desenfrenada y sin sentido, yo te dejé aniquilado y sin aliento, después de disfrutar de una noche en aquel rincón de siempre, donde se escondían nuestros secretos más bellos y ocultos.
Y llegó la hora del último beso, cuando el primer rayo de sol empezó a brotar entre las ramas de esos grandes árboles que nos envolvían. Yo te besé, y llegando a la altura de tu cuello, te mordí y succioné muy fuerte, mientras tu estabas entre mis brazos y yo me alimentaba de ti. No podía creer lo que había hecho, te dejé caer rendido en el suelo y me fuí en busca de otra víctima de placer para mi, por esos senderos que ocultos en el bosque estaban.
Al no encontrar a nadie y no poder dejar de pensar en ti, me abandoné a que el bosque me juzgara y me acabó pagando con la misma moneda......
Dos árboles me cogieron y con sus afiladas ramas me hicieron heridas de las cuáles se derramaba la sangre de mis víctimas mezclada con la mia.
Fué tan venenoso como mortífero mi poder que el bosque empezó a marchitarse y cuando la sangre llegó a la tierra todo empezó a autodestruirse bajo mi mirada de odio mezclada con ira, hasta que todo lo que un día era mágico para nosotros desapareció sin dejar huella por toda la eternidad........
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